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lunes, 20 de julio de 2015

Perfil básico del docente universitario


“Instruir puede cualquiera, educar solo quien sea un evangelio vivo”
José de la Luz y Caballero

Proponer el perfil básico del docente universitario que demanda esta nueva era, es una tarea muy complicada y profunda, pues se corre el riesgo que en el intento; los árboles no te dejen ver el bosque o al inversa.
Sin embargo, es una realidad que el docente ideal debe ser, ante todo, una persona profundamente interesada por la investigación y la superación constante, un lector voraz capaz de compartir con sus alumnos, no solo lo más actualizado en el mundo del conocimiento, la actualidad informativa y la cultura, sino el resultado de su producción intelectual.
Imagen tomada de UNSa
Otras competencias imprescindibles son la capacidad de crítica, la actitud creatividad, el dominio de las TICS y ser ese innovador convencido y comprometido que procede con respeto y tolerancia frente a estudiantes y entorno sociocultural. Debe ser una persona con habilidades intrapersonales e interpersonales, que sepa comunicarse en forma efectiva, autorregularse, con motivación para desarrollar dignamente su rol docente, empático, con autoestima alta y mucha estabilidad emocional. Debe predicar con el ejemplo, o sea, poner en práctica aquellos valores éticos y morales que profesa. No hay autoridad moral para exigir excelencia si no se es excelente.
Por último, comprometido con la cultura y su importancia para la sensibilidad espiritual y el crecimiento personal de los alumnos. Que reconozca la importancia de la proyección social y la cultura ambiental, para él, sus alumnos y la sociedad. Una persona profundamente humana, bienhumorada, con un gran sentido del deber, vocación, visión, capacidad de dar y comprometido con el momento histórico. En fin, un “mago”, para que mediante su acto logre desarrollar en los educandos aquellas competencias que demandan los nuevos tiempos.

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