El Arca de Noé y una nota discordante

Los comentarios infundados e insoportables nunca dejarán de existir. Esta vez quiero referirme a uno que me causa especial indignación: “Esa universidad es el Arca de Noé”.

Divinidad aparte. Resulta terrible oír a una persona lúcida hablar en estos términos, o peor aún; qué antiético es escuchar a estudiantes expresarse así de sus coetáneos, nada más cerca de la discriminación, la arrogancia y la estupidez humana.

Lamentablemente, no se refieren al arca como la nave de salvación y/o de conservación de las especies, sino como un lugar donde (por motivos equis) caben todos. Considero que estos comentarios tienen la intención de desacreditar a ciertas instituciones educativas que ya han comenzado a marcar diferencia entre todas, que ya dejaron de ser una más, que sirven de modelos a otras instituciones y que hacen de estudiantes humildes, los emprendedores más competentes.

La semana pasada estuve frente a una universidad de esas donde sus alumnos se jactan de no estar en el Arca de Noé. Y, ¿qué creen?, había una fiesta a menos de 10 metros de la institución. Los estudiantes estaban fumando, ingiriendo bebidas alcohólicas, en fin, juergueando a sus anchas. Después supe (de buena tinta) que muchos de esos jóvenes, especialmente las chicas; terminan drogándose, prostituyéndose, amaneciendo quién sabe dónde después de haber sido abusadas, enfermadas o ultrajadas por ciertos “caníbales”.

Entonces me pregunté: ¿estos en qué arca están?, ¿se salvarán del diluvio?