Como ya expliqué
en un blog anterior titulado “Justificación
de la investigación”, la función principal de la JUSTIFICACIÓN es demostrar
la relevancia integral de la investigación y para ello necesita ser redactada
de manera clara, concreta y directa. Las investigaciones “deben tener un
propósito definido, no se hacen simplemente por capricho de una persona; y ese
propósito debe ser lo suficientemente fuerte para que se justifique su realización”
(Baptista, Fernández & Hernández, 2005, p.34). En este sentido, “se puede
establecer una serie de criterios para evaluar la utilidad del estudio
propuesto.” (Ibídem) que según los propios autores citados (pp.34-35)
son: conveniencia, relevancia social, valor teórico y utilidad metodológica.
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