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lunes, 5 de enero de 2015

Personalidad creativa*


Según el dramaturgo irlandés George Bernard Shaw, “el artista dejaría morir de hambre a su mujer, que sus hijos fueran descalzos y que su madre tuviera que trabajar a los 70 años para poder sobrevivir, antes que trabajar en cualquier otra cosa que no sea su arte”. Pocas personas querrían alcanzar este grado de crueldad y obsesión en nombre de la creatividad. Sin embargo existen ciertos rasgos de personalidad comunes para la mayoría de individuos creativos, entre los que destacan, como propuso Shaw, una dedicación resuelta a un determinado campo de actividad y una firme creencia en el resultado final del trabajo que realiza.

Aunque las personas creativas a menudo son retratadas como soñadoras y díscolas, de hecho más bien se caracterizan por ser insistentes y perseverantes. La psicóloga Anne Roe estudió a 64 científicos eminentes cuando trabajaban y en sus conclusiones afirmaba que todos ellos sentían una “atracción irresistible por su trabajo”, haciendo a menudo muchas horas extraordinarias porque preferían trabajar a hacer cualquier otra cosa. Motivados por un celo que en ocasiones rozaba el fanatismo, los científicos eran excepcionalmente productivos. La cantidad y la calidad, descubrió Roe, solían estar relacionadas. Las personas que más trabajan también suelen ser las que dan los mejores resultados.

Innovadoras e independientes

Los estudios indican que las personas innovadoras normalmente necesitan trabajar de manera independiente. Aunque les interesan las ideas de las demás y pueden dejarse influir por la gente que admiran, estos individuos también son resueltos e independientes. Como generalmente prefieren trabajar por su cuenta, las personas creativas no aguardan las instrucciones o los planes de los demás.

Una cierta dosis de inconformismo –a veces frisado por la excentricidad- caracteriza a muchos pensadores originales. Einstein, por ejemplo, a veces aparecía en público con un solo calcetín. A un nivel más profundo, algunos creadores parecen haberse anticipado a su tiempo porque sus ideas son demasiado avanzadas; es sólo después de su muerte cuando son considerados geniales. A pesar de todo, los inconformistas frecuentemente perseveran en la consecución de sus ideas, por impopulares que puedan resultar entre sus contemporáneos.

La interpretación flexible

Otro rasgo de carácter comúnmente asociado a la creatividad es lo que el psicólogo John S. Dacey denomina “tolerancia a la ambigüedad”. A las personas menos creativas les desagradan las situaciones en que no saben cómo deben reaccionar. Una persona innovadora disfrutaría gozosa en envite. Enfrente de una obra de arte de vanguardia, por citar un caso, las personas con poca creatividad pueden sentirse molestas porque el objeto no les da ninguna pista sobre cómo responder: ¿qué se supone que debe hacer: reírse, escandalizarse o decir que es muy mono? A la persona creativa le encantaría probar diversas respuestas posibles, y no sentiría la necesidad de resolver ninguna contradicción.
Este disfrute de la ambigüedad acompaña el deseo de asumir riesgos. La persona creativa no teme enfrentarse a nuevas situaciones o sentirse paralizada por la posibilidad de fracasar.

El enfoque a largo plazo

Las investigaciones sobre la personalidad creativa han puesto de manifiesto otras muchas características compartidas. Por ejemplo, los individuos creativos suelen preferir las recompensas a largo plazo a las ganancias a corto plazo. En la universidad de Stanford, el investigador Walter Mischel descubrió que esa característica se desarrolla en la infancia. Los niños que prefieren esperar a que les hagan un gran regalo a contentarse con un pequeño ofrecido en el momento, es más probable que cuando se hagan mayores sean personas creativas.

Si bien la recompensa es importante para la gente creativa, no siempre consiste en incentivos materiales, como por ejemplo dinero. Un estudio realizado con poetas descubrió que menospreciaban su trabajo cuando lo que les pagaban por él, parecía mermar el placer puro de la creatividad. Tal vez los poetas se habrían sentido más motivados si les hubieran dado recompensas menos tangibles, como por ejemplo elogios, respeto y admiración.

Inteligencia y creatividad

Un sentido estético bien desarrollado es otro rasgo de las personas creativas. Puede parecer obvio que la expresión artística exija una valoración de la belleza, no obstante esta misma sensibilidad puede jugar un papel importante en el trabajo científico. Los matemáticos aprecian la elegancia, tanto como la precisión, de una solución correcta, y pueden encontrar placer estético en la simetría de una ecuación.

Muchos investigadores han estudiado la relación entre la inteligencia (tal como viene medida con las pruebas de inteligencia)  y la creatividad. La mayoría de los psicólogos conviene en que estas dos cosas no son lo mismo. Los psicólogos Jacob Getzels y Philip W. Jackson elaboraron una prueba para adolescentes que pretendía ilustrar esta diferencia. Los adolescentes se dividían en dos grupos que distinguían a aquellos que mostraban signos de ser altamente creativos de aquellos que simplemente tenían un coeficiente inteligencia alto. A todos les pidieron que mirasen la foto de un hombre de negocios en una butaca avión, luego ambos grupos debían escribir una frase sobre lo que podría estar pasando en la foto.

a mayoría de los chicos y chicas del grupo con coeficiente de inteligencia alto escribió que el hombre regresaba de un viaje de negocios coronado por el éxito. Se sentía feliz, decían, y tenía ganas de ver a su familia. Por su parte, los adolescentes creativos preferían inventarse situaciones menos convencionales. Uno escribió que el hombre acababa de divorciarse de su mujer, a la que no soportaba porque se ponía demasiada crema facial por la noche. Según la elaborada historia de este joven, la cabeza de la mujer resbalaba sobre la almohada y chocaba con la de su marido, quien hacía elucubraciones para inventar la fórmula de una crema facial antideslizante.

Las diferencias entre estas historias indicaban que los individuos creativos son más originales y vivaces en sus ideas, mientras que las personas inteligentes pero poco creativas son bastante más convencionales.

No es de extrañar que un coeficiente de inteligencia alto no sea garantía de una personalidad creativa, aunque los resultados de las pruebas de inteligencia de las personas creativas suelen superar la media. Un genio como Einstein, que logró combinar una inteligencia sobresaliente con una prolífica creatividad, fue más bien una rara excepción a la regla.

Lo nuevo contra lo viejo

Pese a todo, ni Einstein ni Charles Darwin destacaron en la escuela, un fracaso común a un gran número de personas creativas. Como comenta el escritor norteamericano Thomas G. West en su libro In the Mind's Eye, “las personas excepcionales a veces son mejores creando conocimientos nuevos que absorbiendo y reteniendo los viejos… algunas de las mentes más lúcidas pueden encontrarse al fondo de la clase”. No se valore en función de sus resultados académicos. En algunos aspectos, cuando menos atada se halle su mente, mayores son sus posibilidades de formular ideas nuevas.

Nadie posee todas las características ideales de una personalidad creativa en igual medida. (…) Formarse una idea más clara de sus características particulares debe proporcionarle unos sólidos conocimientos sobre los que construir sus habilidades creativas.

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Tomado íntegro de:

Anónimo. (1997). Personalidad creativa. Desarrolle su mente. [Enciclopedia  impresa]. Lima: GRIJALBOMONDADORI, S.A.

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