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martes, 16 de febrero de 2016

Soy docente vallejiano, ¿y tú?


El rector renuncia, Doctores Honoris Causa de la Universidad César vallejo (UCV) también, la opinión en torno a estudiantes y docentes de la UCV es desfavorable. Instituciones universitarias alentando a alumnos y docentes abandonen la UCV y se incorporen a sus respectivos centros educativos, medios despotricando de una universidad cuyo estudiantado es uno de los más nutridos no solo del país sino de todo América Latina. En medio de toda esa avalancha, –como docente vallejiano– uno se pregunta: ¿Qué hago? ¿Me escondo? ¿Renuncio? ¿Cómo manejo todo esto? Les explicaré qué haré yo y por qué lo haré.

¿Qué haré?
Seguir preparándome, aprendiendo, superándome, investigando. Seguir proyectándome a la comunidad (cada vez con mayor honestidad y sencillez). Seguir publicando artículos científicos. Seguir adentrándome en el largo camino rumbo a la integralidad académica. Seguir elevando mi moral para luego poder exigir moral a mis alumnos. Asimismo, aprovecharé mejor el tiempo, mientras otros se concentran en censurarme/nos, yo estaré leyendo muchos libros pendientes y releyendo otros importantes como El hombre mediocre, Poemas Pedagógicos, El llano en llamas, Tres tristes tigres, El viejo y el mar, Veinte poemas de amor…, España, aparta de mí..., entre muchos más. Estaré estudiando con mucho ahínco, pues veo en ello la única manera de llevar a mis alumnos, no solo conocimiento, sino actualidad, cultura y desarrollo.
También haré otras cosas muy importantes como profundizar más el dominio de otros idiomas y actualizarme con respecto al dominio de las TICS. Procuraré mejorar mi criticidad hacia las cosas. Seguiré aprendiendo a proceder con inteligencia emocional. Me comprometeré, cada vez más no solo con la cultura nacional, sino con la importancia de la misma para el desarrollo integral de mis alumnos. Leeré cada material académico que llegue a mis manos o que encuentre en Internet (por iniciativa propia o recomendación). Me enfocaré en hacer de cada educando mío, un peruano mejor, capaz de servir a su país esté donde esté tenga el cargo que tenga, sea quien sea. Don Nicolás de Piérola en una entrevista concedida al periódico guatemalteco Diario Centro América decía: “El bien se puede hacer a la patria, lo mismo en carácter de gobernante que en el de gobernado”. Son muchas las metas, pero en medio de ellas, hay una sola cosa que (NO) pienso hacer: renunciar a mi Universidad César Vallejo.

¿Por qué digo esto?
Desde que ingresé a esta casa de estudios (hace 4 años), no ha pasado trimestre en que no haya recibido acciones de capacitación enfocadas en algo muy sencillo: elevar el nivel académico-profesional de todos los docentes vallejianos con el afán de formar profesionales (prefiero llamarlos estrellas) competentes y humanos.
La Vallejo tiene una característica muy singular: apuesta por el talento de los jóvenes.  Reconoce en ellos un baluarte fundamental para la educación y el desarrollo de la nación. ¿En qué me baso? Cuando ingresé, tenía 32 años de edad, a penas licenciado. Luego, la misma universidad me dio todas las facilidades (incluido apoyo económico) para ir a sustentar mi maestría (a Cuba), acto seguido, también me ofreció facilidades para titularme como doctor en Administración de la Educación.
En fin, desde mi ingreso a la UCV hasta acá, he crecido mucho, no solo en lo académico, sino moral y culturalmente, he encontrado la motivación que buscaba para poder investigar y publicar. He podido aprender de muchos docentes valiosos que, aunque no son renombrados, su sapiencia los exalta al nivel de los mejores. Todo ello hace que me sienta un profesional con altísima autoestima, a tal punto que cuando la UCV considere pertinente condecorarme como Doctor Honoris Causa, aceptaré esa condecoración, pero no como una condecoración cualquiera, sino como un reconocimiento a mi labor académica, social, moral, ética y estética. Lo aceptaré como una condecoración que debe acompañarme hasta la tumba.

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