Solum Vita: la vida inicia desde la raíz

Autoría

Aguilar Torres, Luis Rafael

Chavarry Suárez, Luis

Díaz Vilcas, Ana Cecilia

Fernández Gutiérrez, Alejandra Ximena

Saavedra Asmad, Roberto Carlos

Torres Cancino, Olanda Margot

(Estudiantes de Derecho, VII ciclo, Universidad César Vallejo, Perú)

Asesoría

Dr. Enaidy Reynosa Navarro (Docente Universidad César Vallejo, Perú)

El proceso del neoliberalismo ha generado cifras exponenciales de contaminación, por lo que muchas personas hemos abandonado los ideales y principios éticos que garantizan el cuidado y la conservación de la naturaleza, convirtiéndonos en verdugos de nuestra propia especie e iniciando una destrucción masiva y progresiva tipo Armagedón.

En ese sentido, “la Revolución Industrial, las guerras mundiales, las postguerras, la globalización neoliberal, etc., sirvieron para alterar el equilibrio de la naturaleza a través del impacto negativo que propiciaron” (Reynosa, 2014, p.2). Estos acontecimientos sirvieron, además, como caldo de cultivo para acrecentar la progresiva destrucción de los recursos naturales con que contamos, entre ellos el recurso suelo.

El suelo es uno de los elementos vitales de nuestro ecosistema, es fuente de vida y constituye la superficie terrestre sobre la que se desarrollan casi todas las actividades humanas. Funciona como la interfaz entre el aire y el agua y posee una alta capacidad de autodepuración que le permite digerir ciertas cantidades de contaminantes, mas cuando estos superan su poder de asimilación, ello se traduce en problemáticas ambientales que afectan la supervivencia de todas las especies que lo habitan.

Desechos de carboneras en Wichanzao-La Esperanza, Trujillo
Autora: Patricia Fernanda Best Machado

Entre las problemáticas ambientales más recurrentes de la actualidad, sobresalen algunas como el incorrecto almacenamiento de productos y/o residuos de actividades industriales de todo tipo, provocando con ello múltiples formas de contaminación, además de atraer la presencia de animales transmisores de enfermedades. Otra es el uso incorrecto de pesticidas y abonos que finalmente dan al traste con la fertilidad del terreno y su posible reutilización. Asimismo, el almacenamiento de desechos en los rellenos sanitarios -situación que provoca que los contaminantes peligrosos lleguen a las aguas subterráneas, ocasionando la contaminación de las mismas. Existen otros ejemplos provocados por los humanos como la quema de la caña de azúcar y el monocultivo; del mismo modo, los hay de tipo natural como la erupción de un volcán, largos periodos de sequía, lluvias torrenciales, etc.

Las problemáticas mencionadas con anterioridad afectan directa e indirectamente a todas las especies. Bastan los ejemplos que se pueden constatar cuando los contaminantes presentes en suelos y subsuelos perjudican las plantas y sus frutos que, al ser consumidos, permiten llegar elementos nocivos que conducen a resultados adversos para la salud humana y animal. Otra actividad humana que degenera peligrosamente la calidad del suelo es la minería, ya que las sustancias que se liberan durante la extracción de cobre, oro y otros minerales están cada vez más próximo a la superficie de la tierra, lo que facilita la contaminación de cualquier alimento que sea cultivado en esas zonas; por ello debe existir un control constante de ese importante sector económico.

Las causas principales de estas problemáticas radican en la inconciencia del hombre, el interés desmedido por alcanzar beneficios económicos y su falta de sensibilidad y respeto por el medio ambiente. Por tal motivo, cada vez más se hace necesario y ya es urgente un cambio de actitud como la única alternativa posible para revertir esta vergonzosa situación ambiental que padece el planeta.

Alternativas como la utilización de catalizadores en los coches para disminuir los gases contaminantes que despiden, empleo del transporte público y medios ecológicos para disminuir los efectos dañinos, recuperación de las aguas mediante la eliminación de nutrientes en lagos pequeños -los mismos que provienen de restos de plantas muertas que podrían provocar el fenómeno de la eutrofización. De la misma manera, no utilizar o reducir al máximo el empleo de fertilizantes y pesticidas en cultivos y, en su lugar, valerse de abonos naturales como el estiércol, el compost, el humus de lombriz, restos de plantas desecadas, entre otros.

Además de ello, debe evitarse la monoagricultura, procurando así la adecuada rotación de los cultivos, implementando el uso de las tres erres de la ecología que permite reducir el impacto negativo que generamos al medio ambiente, mediante la ejecución de acciones diversas como la recuperación de objetos ya utilizados y que todavía pueden ser útiles, así como clasificar las materias primas para su puesta en valor, entre otros. Todas estas acciones constituyen una garantía en el afán común de regresar a esa raíz donde comienza la vida.

Referencias bibliográficas

Cisneros, B. (2001). La Contaminación ambiental en México: causas, efectos y tecnología apropiada. México: Limusa.

Ministerio del Ambiente. (2013). Ley General del ambiente. Recuperado de http://www.minam.gob.pe/wp-content/uploads/2013/06/ley-general-del-ambiente.pdf

Reynosa, E. (2014). ¿Quién le pone el cascabel al gato? Una mirada a la crisis ambiental global. Recuperado de https://www.dropbox.com/s/84akhiznh6mlvey/%28...%29%20Una%20mirada%20a%20la%20crisis%20ambiental%20global..docx?dl=0

Wild, R. y Jones K. (1991). Organic Contaminants in the Envioronment. Elsevier Apllied Science. U.S.A